Clinamen

Por Juan Pablo Mollo*

Según Miller, el saber leer del psicoanalista apunta al clinamen del goce y la materialidad de la escritura; es decir, a la letra en tanto produce el acontecimiento de goce, que determina la formación de los síntomas [1].

Milo Lockett - Emilio Fatuzzo Esmalte Sintético sobre tela
Milo Lockett
Emilio Fatuzzo Esmalte Sintético sobre tela

El término latino clinamen -derivado de clinare-, puede traducirse como “desvío” y es un concepto de la filosofía de Epicuro. Más puntualmente, es el nombre de Lucrecio a la imprevisible desviación que sufren los átomos en la física de Epicuro. La doctrina de Lucrecio sobre el clinamen está en su obra De Rerum Natura, donde recogió el legado de Epicuro y resolvió, el problema de la libertad sin un Dios garante.

A propósito de la repetición, Lacan señaló que el tropiezo de la Tyché, era aquello que la filosofía Antigua, para iniciar el mundo, intentaba situar como clinamen. En efecto, Epicuro sitúa esta noción al comienzo del mundo: los átomos dividen la materia, pero existe la “fatalidad” griega y la naturaleza desvía los átomos de manera arbitraria. Epicuro denomina a esta ausencia de causalidad con el nombre de clinamen. Al respecto, Lacan no olvida la figura de Demócrito, como antecedente de la doctrina en cuestión [2].

En la misma dirección, para Deleuze, los epicúreos operan una separación de la causalidad, que también funda la libertad: conservan la homogeneidad de la causa y el efecto, pero dividen la causalidad en series atómicas cuya independencia respectiva queda garantizada por el clinamen,que no es destino sin necesidad, sino causalidad sin destino [3].

Curiosamente, según Wikipedia, el significante clinamen está aludido en el primer párrafo del Finnegans Wake, de Joyce. No existe tal referencia; y el párrafo recitado en voz alta -en inglés-, tampoco da pistas sobre homofonías posibles. En realidad, el clinamen está contenido en el comienzo como continuación del párrafo final, que acentúa un carácter circular -pero no lineal- de mencionada obra joyceana. La referencia es Vico y su teoría cíclica de la historia, que incluye el caos; es decir: la civilización nace del caos, pasa por tres etapas en espiral y vuelve al caos [4].

En la presentación de la doctrina epicúrea, Lucrecio establece una analogía entre los átomos y las letras, a partir de las cuales se componen las palabras. Por su parte, A. Jarry también considera que el clinamen es el desvío creado durante las colisiones atómicas como un aspecto fundamental de la creatividad poética [5].

El síntoma como acontecimiento desvía el goce natural del cuerpo vivo. Sin el motor inmóvil de Aristóteles para ordenar el Universo, el clinamen del goce evoca la conmoción contingente que produce la irrupción del síntoma en el parlêtre. Luego, la interpretación como saber leer implica reducir el síntoma a su escritura inicial.

Desde la perspectiva nodal, según Lacan, el síntoma viene de lo real (no tiene causa ni origen) y se incrusta como letra en el territorio simbólico como goce fuera-de-cuerpo. La letra está en el síntoma -no en el inconsciente-, que también conserva un vínculo con el Otro goce [6]. Saber leer supone una práctica donde la interpretación por el equívoco apunta al clinamen, al “desvío” de la letra del síntoma en dirección al goce en el cuerpo. Una lectura ética de ingenio que preserva el síntoma y hace un tratamiento del mismo.


* AP de la EOL y de la AMP.

NOTAS

  1. Miller, J.A. “Leer un síntoma” Rev. Lacaniana 12, Buenos Aires, Ed. Grama, 2012.
  2. Lacan, J. Los cuatro conceptos fundamentales, Buenos Aires, Ed. Paidós, 1997.
  3. Deleuze, G. Lógica del sentido, Buenos Aires, Ed. Paidós, 2005.
  4. Vico, G. Ciencia nueva, Madrid, Ed. Tecnos, 2006.
  5. Jarry, A. Gestas y opiniones del Doctor Faustroll, Patafísico, Buenos Aires,Ed. Atuel, 2004.
  6. Lacan, J. “La tercera”. Otros escritos, Buenos Aires, Ed. Paidós, 2012.

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