Por Bettina Quiroga*
Extimidad es una invención de Lacan a la que hace referencia en pocas oportunidades, siendo Miller el que hará de este término un articulador que permite resolver un impasse en la experiencia analítica en relación al goce.
EnFreud encontramos en “Lo Ominoso” un antecedente de este concepto; es lo que proviene de la fuente de complejos reprimidos y por eso es tan resistente, “… es aquella variedad de lo terrorífico que se remonta a lo consabido de antiguo, a lo familiar…” [1]. Resulta paradójico y se pregunta: ¿cómo es posible que lo familiar devenga terrorífico? Uno de los significados de la palabra Heimlich es lo íntimo, familiar. Su opuesto sería Unheimlich. Entonces Lo Ominoso, Lo Siniestro – término que consideramos más ajustado a lo que aterra – es cuando lo Heimlich deviene Unheimlich, cuando lo familiar retorna como lo extraño y lo desconocido.

Miguel Ronsino
En De un Otro al otro Lacan ubica una centralidad que designa el campo del goce y que llamará vacuola: “…designé como la vacuola […] lo que nos es más cercano sin dejar de sernos exterior. Habrá que inventar la palabra éxtimopara designar lo que está en juego” [2]. Haciendo referencia a los textos evangélicos que usan el término “prójimo”, se pregunta si ese prójimo es lo que llamó el Otro; responde que no: “El prójimo es la inminencia intolerable del goce. El Otro no es más que el terraplén limpio de él” [3].
Miller, en su seminario Extimidad, refiere que el término se construye sobre intimidad. No es lo opuesto, porque lo éxtimo es lo íntimo; lo más íntimo, que es opaco, está en el exterior como un cuerpo extraño. El sujeto encuentra lo más íntimo de sí, su ser de goce, fuera de sí y no lo reconoce como propio; de acá parte la extimidad del goce y su rechazo.
Freud, en“Nuestra actitud hacia la muerte”, habla de la actitud contradictoria que el hombre primordial adopta frente la misma: por una parte la reconoce como supresión de la vida y por otra parte la reduce a nada; así, frente a la muerte del otro, del extraño, tiene una actitud distinta que frente a la propia. La muerte del otro es para él justa como aniquilamiento del que odia, y no hay impedimentos para provocarla. Resuenan los términos de Freud “extraño”, “odio al otro”, que encontramos en Extimidad.Podemos sostener que esta actitud del hombre primitivo no es muy diferente a la del hombre moderno.
Miller expresa que en el odio al Otro hay algo más que la agresividad, que apunta a lo real en el Otro, que es el odio al goce del Otro, a la manera particular en que el Otro goza, y que por eso se lo segrega. Cuando se refiere a la tolerancia e intolerancia al goce del Otro, lo que está en juego es que aquel me sustrae el mío. Lo que se odia es el propio goce, lo abyecto propio, y eso es lo éxtimo; lo que se ve afuera es lo más íntimo y de eso no se puede escapar, habita en cada uno.
Para finalizar: “Si el problema tiene aspecto de insoluble, es porque el Otro es Otro dentro de mí mismo. La raíz del racismo (agregamos que lleva a la segregación), desde esta perspectiva, es el odio al propio goce. No hay otro más que ese. Si el Otro está en mi interior en posición de extimidad, es también mi propio odio” [4].
*Docente de las Cátedras “Psicoanálisis Freud” y “Construcción de los Conceptos Psicoanalíticos”, Facultad de Psicología-UBA, Magíster en Clínica Psicoanalítica- UNSAM, Docente en el Depto. de Psicoanálisis y Filosofía -ICdeBA, autora de ¿Cómo aman las mujeres? Un estudio psicoanalítico, Ed. Grama.
NOTAS
- Freud, S., (1919), “Lo Ominoso”, Obras Completas, Vol. XVII, Amorrortu, Buenos Aires, 1994, p. 220
- Lacan, J., (1968-1969), El Seminario, libro 16, De un Otro al otro, Paidós, Buenos Aires, 2008, p. 206
- Ibid.,p.207
- Miller, J.-A., (1985-1986), Extimidad, Paidós, Buenos Aires, 2010, p. 55
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