Julio C. Riveros*
En “El estadio del espejo…”,[1] Lacan hace referencia a la tela de Hierónimus Bosch, El jardín de las delicias y usa el término exoscopía. Busqué su significado y encontré su definición en un tratado de geología de Anguita Virella, que no carece de belleza y con cierto aire freudiano en su retórica. La definición dice así:
“Exoscopía: técnica que consiste en que granos individuales de arena son vistos, en un microscopio de barrido, con varios miles de aumentos. Esto nos permite estudiar las huellas dejadas por cada medio de transporte en los granos de cuarzo. El carácter inestable de muchas áreas de depósito en los continentes y en las plataformas continentales permite la migración sucesiva de los granos de arena a través de ellas, por lo que un solo grano de cuarzo nos puede permitir completar un registro con todos los acontecimientos sedimentarios y erosivos de toda una región. Cuando un grano de arena es transportado en un río, choca violentamente con otros, generando bordes angulosos. Por otro lado, el viento pule rápidamente las aristas, pero crea marcas de impacto en forma de media luna. El hielo comprime los granos, imprimiendo en ellos estrías y otras marcas de deslizamiento. El medio marino producirá una abrasión homogénea en el grano, redondeándolo, así como una corrosión química, ya que el medio marino siempre está muy subsaturado en sílice”.[2]
Si, por otro lado, indagamos en el empleo que hace Freud del término escisión, la procedencia también es de la geología: “Si arrojamos un cristal al suelo se hace añicos, pero no caprichosamente, sino que se fragmenta siguiendo líneas de escisión cuyo deslinde, aunque invisible, estaba comandado ya por la estructura del cristal. Unas tales estructuras desgarradas y hechas añicos son también los enfermos mentales”.[3]
Y, en “La escisión del yo [ichspaltung] en el proceso defensivo”, escribe: “El resultado se alcanzó a expensas de una desgarradura en el yo que nunca se reparará, sino que se hará más grande con el tiempo. Las dos reacciones contrapuestas frente al conflicto subsistirán como núcleo de una escisión del yo”.[4]
El término spaltung es un sustantivo de género femenino en alemán y susceptible de ser traducido cómo fisión, división, escisión y clivaje.
El uso de nociones de otros campos, que a su vez se van sedimentando en el corpus del psicoanálisis, es un procedimiento freudiano, hay en él un gusto por el montaje que Lacan prosigue, desde los esquemas ópticos, los grafos, hasta el uso antifilosófico de términos de tradición filosófica, la topología y los nudos, un tratamiento de lo real que lo condujo a rastrear “la pista de Joyce”[5]5 en su última enseñanza. Un riguroso bricolage o quizás también, para usar la ironía lacaniana, un delirio que se las arregla para funcionar.
*AP. Miembro de la EOL y la AMP. Docente de la Cátedra Construcción de los Conceptos Psicoanalíticos de la Facultad de Psicología de la UBA y del Depto de Psicoanálisis y Filosofía, ICdeBA. Maestrando en Clínica Psicoanalítica de la UNSAM.
NOTAS
- Lacan, J. (1949), “El estadio del espejo como formador de la función del yo (je) tal como se nos revela en la experiencia psicoanalítica”, Escritos 1, Siglo XXI editores, Buenos Aires, 1988, p. 90.
- Anguita Virella, F. Origen e Historia de la Tierra, Rueda, Madrid, 1988.
- Freud, S., (1932-33), “31ª conferencia: La descomposición de la personalidad psíquica”, Obras completas, XXII, Amorrortu Editores, Buenos Aires, 2004, p. 54.
- Freud, S., (1940 [1938]), “La escisión del yo en el proceso defensivo”, Obras completas, XXIII, Amorruru Editores, Buenos Aires, 1986, p. 274-275.
- Lacan, J., (1975-1976), El seminario, libro 23, El sinthome, Paidós, Buenos Aires, 2006, p. 57.
Imagen: Agradecemos la generosa colaboración del artista Marcelo Mendiburu – Piano Rojo, fotografía/collage, 2011.
Comments are closed.