Por Gigliola Foco*
Una invitación a escribir y un encuentro con las palabras escritas en la tapa de la Revista Lacaniana Nº32: “Solo vale la pena sudar por lo singular”, de Jacques Lacan (1975).
La Nueva Política Juventud, un cártel al que llamamos Política de Escuela, las preguntas de la mentora, y una Noche la de la Escuela en la Sección Córdoba que llevó el nombre de esta intervención de Lacan, fueron la trama de la que extraje el hilo del que hoy decido tirar, tirar de allí para escribir.

Entre las palabras de Lacan, un encuentro: “un feliz azar”. Feliz azar que leo como una hiancia que se abre en un momento en que dejamos de hacer de las casualidades que nos empujan, destino.
Una grieta, un momento en que se tuerce un destino fantasmático, aquella trama que armamos cuando hablamos.
En esa misma intervención, Lacan dirá que ese azar no tiene por qué ser feliz en tanto no se trata siempre de la búsqueda de una felicidad.
Será feliz entonces en tanto bienvenida a aquel momento que sacude y que, como un rayo, despierta, aunque nos pongamos nuevamente a soñar.
Corte, apertura que invita a hacer de una casualidad, contingencia y no destino. Y, tirando un poco más del hilo, hacer de la contingencia una oportunidad.
Entre los títulos de las conferencias de Jacques-Alain Miller en el libro El Nacimiento del Campo Freudiano, me gustó encontrar: “La hora de decidir”, “Posición”, “¡Ya!”.
Y, en el contexto de la crisis de la Escuela en los años 90, leer una clara puesta al trabajo a los analistas que hace Miller en una invitación a tomar una posición “explícita y al descubierto” que resulta inseparable del deseo de pertenencia a la Escuela.
Decidir entonces, la hora de tomar posición frente a una casualidad para hacerla oportunidad. Oportunidad que hará sudar, pero que puede permitir que surja lo más singular.
¡Ya! Una posición frente al deseo. Una posición que implica una apuesta, la de jugar las cartas, las propias. Esas cartas singulares que se despejan, efecto del análisis, en una jugada que cada quién hará a su propio estilo.
Jugada para la que hace falta un querer, un a-riesgo propio, cada vez, como esta vez.
Por ello, feliz.
*Miembro de la EOL y de la AMP
BIBLIOGRAFÍA
- Lacan, J., “Solo vale la pena sudar por lo singular”, Las astucias del principio de placer, Revista Lacaniana, Nº 32, 2002, p. 9-11.
- Lacan, J., (1975-1976), El Seminario, Libro 23, El sinthome, Paidós, Buenos Aires, 2006, p. 160.
- Miller, J-A., El nacimiento del Campo Freudiano, Brodsky, G. (Ed.), Paidós, Buenos Aires, 2023, p.73.
Comments are closed.