Por Nicolás Bailo*
1. Contrapoder
“La idea de Lacan ha sido la de tratar de hacer del pase un cierto contrapoder”[1].Ubico como punto de partida esta referencia de Miller, para abordar algunos de los interrogantes que me produjo: ¿qué entendemos por contrapoder?, ¿de qué manera opera dicha contra?, ¿qué efectos tiene en la formación del analista?.
2. Saber y final de análisis
En la “Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el psicoanalista de la Escuela”, Lacan presenta el dispositivo del pase a partir de ubicar al menos dos puntos entrelazados: transferencia y saber.
Es posible ubicar estas dos variables en la experiencia del análisis, si lo pensamos como en el ajedrez:
La partida comienza con el analista ubicado en el lugar de suposición de saber. Esta posición implica que se ponga en juego la dimensión del amor al saber que el sujeto analizante le supone al analista.
Hacia el final, es necesaria una destitución. A partir de la resolución del amor de transferencia, es posible una torsión que abre a una nueva relación al saber en tanto deseo.
Hacemos un abrochamiento aquí. Miller ubica que “ (..) es un gran error creer que al final de un análisis se terminó con el saber, puesto que es justamente el momento en que respecto del saber se pasa del amor al deseo”[2].
Siguiendo estas pistas, en la Proposición me encontré con que Lacan realiza un anudamiento entre el pase y una cierta perspectiva de ingenuidad. Lo hace a partir de ubicar una distinción entre lo nulo y lo ingenuo, haciendo énfasis en lo no marcado.
Miller retoma este punto para despejar que lo nulo tiene un tinte despectivo en relación a una falta de conocimiento en una materia. En cambio, esta perspectiva de lo ingenuo remite a la manera en que se aborda un campo del saber, a partir de la apertura que posibilita el componente de lo nuevo. En “El banquete de los analistas”, lo define la siguiente manera: “El ingenuo no es nulo, sino no marcado, según la expresión de Lacan, se esfuerza en no estar marcado de antemano por los efectos del campo que estudia”[3] y agrega: “en la medida en que se esfuerza por atrapar al analista en el límite (antes de la amnesia del acto, antes que se precipite en la práctica analítica, antes que tenga experiencia) apunta a consagrar un analista ingenuo”[4].
3. No estandarizado
Llegado a este punto, retomo la pregunta en relación a la función del pase como contrapoder, a partir de esta perspectiva de lo ingenuo:
En la presentación del libro “El Nacimiento del Campo Freudiano”, Miller hace referencia a los efectos de “universitarización”[6] en el dispositivo del pase. Si nos guiamos por el discurso universitario, el saber oficia de agente, sin perder de vista que debajo de la barra se encuentra el Amo (S2/S1). De este modo, estaríamos frente a un dispositivo estandarizado, que apunta a la burocratización de un saber previo.
En cambio, podemos ubicar los efectos de que Lacan conciba un final de análisis que “(…) conserva en sí una ingenuidad”[6]. Por un lado, despeja la seductora inercia a la identificación y por otro, realiza una apuesta por lo no marcado, como la apertura al deseo de saber que se pone al trabajo en la comunidad de la Escuela.
* Miembro bajo condiciones de la EOL a partir de la Nueva Política Juventud.
[email protected]
NOTAS
- Miller, J.-A., El nacimiento del campo freudiano, Buenos Aires, Paidós, p.277.
- Miller, J.-A., El Banquete de los analistas, Buenos Aires, Paidós, p.189.
- Ibíd., p.318.
- Ibíd.,p.319.
- Miller, J.-A., Reinventar la Escuela?, Preguntas porteñas, Editorial Grama,p.67.
- Lacan, J., Otros Escritos, Buenos Aires, Paidos, p. 273.
Agradecemos la generosa colaboración de Ricky Crespo.
Comments are closed.