Silvia Jacobo*
Borges concebía el Paraíso como una biblioteca, pero no como una biblioteca infinita ya que consideraba que había algo incómodo y enigmático en todo infinito, la imaginaba hecha a la medida del hombre, “una biblioteca que permitiera el placer de la relectura, el sereno y fiel placer de lo clásico y las agradables alarmas del hallazgo y de lo imprevisto”.[1]
Esta cita en la que el escritor objeta el infinito y lo contrapone al hallazgo y a lo imprevisto en una biblioteca que imagina a la medida de cada uno a partir de la lectura que transforma al lector y también al texto mismo, abre camino al psicoanalista.
Con su escritura Borges nos conduce a lo azaroso, lo imprevisto, interviene en el lenguaje para señalar misterios, contradicciones. Se emancipa del esplendor de la verdad y del saber para señalar lo opaco, lo incierto, lo extraño.[2]
Miller destaca el dominio de Borges respecto a la evocación del saber fragmentario en el que recoge una pequeña frase que resuena, hasta que el fragmento surge por fin en su resplandor.[3]
La biblioteca que el artista habitaba y encarnaba, lo llevó a desplegar en “toda su producción literaria los cuerpos despedazados del saber. Se mueve como un pez en el agua dentro de S(Ⱥ), tal como designamos el carácter necesariamente fragmentado, estallado, desfasado del saber y llega a forjar una poesía de erudición bromista”.[4] Con su escritura testimonia y se confronta con lo imposible, transmitiendo los límites del lenguaje para dar cuenta del misterio del ser hablante.
Borges lee el universo como un laberinto en el que se pierde forzando los límites del lenguaje, hace uso de la ficción y la ironía para indicar cada vez su inconsistencia y la inexistencia del Otro. Nada entre los cuerpos despedazados del saber para constatar lo imposible de saber, evoca sutilezas, detalles, bordes, fragmentos que perforan el sentido bordeando lo indecible. Es en esa pendiente que forja su poesía efecto del saber leer fundante de su escritura.
En una conferencia sobre poesía en la Universidad de Harvard inicia su intervención avisando que cometió el error de titularla “El enigma de la poesía” señalando que el énfasis recae sobre el enigma y que eso podría llevar a pensar que es lo más importante, “o lo que sería peor podrían pensar que me he engañado a mí mismo al creer que, en alguna medida, he descubierto el verdadero sentido del enigma”[5] y advierte que no tiene ninguna revelación que ofrecer, respecto de la literatura sólo puede ofrecer sus perplejidades. “He pasado la vida leyendo, analizando, escribiendo (o intentándolo) y disfrutando. He descubierto que esto último es lo más importante. Embebido en la poesía he llegado a una conclusión final sobre el asunto”.[6] La vida dirá, está hecha de poesía, se presenta cuando menos lo esperamos, leer es el encuentro con “la poesía que ocultan las palabras”.[7]
Retoma luego un poema de John Keats que había leído en los días previos mientras preparaba la conferencia y confiesa haberse extrañado ya que sólo en ese instante advirtió que se trataba de la propia experiencia poética y agrega: “Quizá la verdadera emoción que yo extraía de los versos de Keats radicaba en aquel lejano instante de mi niñez en Buenos Aires cuando por primera vez oí a mi padre leerlos en voz alta. Y cuando la poesía, el lenguaje, no era sólo un medio para la comunicación sino que también podía ser una pasión y un placer: cuando tuve esa revelación, no creo que comprendiera las palabras, pero sentí que algo me sucedía. Y no sólo afectaba a mi inteligencia sino a todo mi ser, a mi carne y a mi sangre”.[8]
*Practicante de psicoanálisis en Bs As. Miembro del equipo de difusión de EOL BLOG. Colaboradora en Núcleo de Investigación de Clínica Instituto asociado al Campo Freudiano en San Pablo. Formación en EOL y EBP.
NOTAS
- Borges, J. L., “Alma de los libros”, Borges todo el año Blog spot, 2015.
- Mizrahi, S., “Borges y Becket. Una poética lacaniana.” Virtualia Revista digital de la EOL 32 Año XV, 2016.
- Miller, J-A., Los usos del lapso, Paidós, Buenos Aires, 2004, p.31.
- Ibid.,
- Borges, J.L., Estafeta, 2010. Publicado en Arte poética. Editorial Crítica, Barcelona, 2001, p.15-35.
- Ibid.,
- Ibid.,
- Ibid.,
Imagen: Agradecemos la generosa colaboración de Eduardo Medici – Estás ahi? – Acrílico sobre tela, detalle de obra, 2022.
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