Una extravagancia dirigida [1]

Eric Laurent

¡Se ha dicho, se ha escuchado! Todo el mundo es loco. Yo, que les hablo, estoy loco. Eso no me impide hablarles, ni creer que razono, ni estar siempre sobrepasado por lo que digo. Como todos los cuerpos hablantes, siempre estoy a punto de ignorarlo, a este cuerpo, y creer que es una mente quien habla, o un soñante.

Sueño y locura, ¿en qué orden?

Lacan, en su aforismo, evoca primero el sueño, después el delirio. “Freud pensó que nada es más que sueño, y que todo el mundo es loco, es decir, delirante”. Por el contrario, en la primera meditación, Descartes se asegura primero de tener un cuerpo. Para eso, primero descarta la locura de quienes no tienen cuerpo. “Más estos tales son locos, y no menos extravagante sería yo si me rigiera por sus ejemplos.[2] Solamente a continuación habla del sueño. ¿La locura incluye al sueño, o el sueño incluye a la locura? El sueño, ¿no es lo más hiperbólico puesto que es para todos? Esta pregunta suscitó una desavenencia y un debate célebre entre M. Foucault y J. Derrida. Lacan barre el debate afirmando que la locura es también para todos.

Dan Arbib, en las jornadas de la ECF, subrayó hasta qué punto Descartes tarda en despertarse: “Puesto que en mi sueño creo que estoy despierto, cuando estoy despierto no hay razón para que no sospeche que estoy dormido. […] Creo que podemos admitir perfectamente que las Meditaciones I-V se realizan en el régimen del sueño”.[3] El acento puesto por Dan Arbib en el sueño y en la dificultad del despertar, nos remite a una exhortación de Lacan enunciada seis años antes del aforismo que nos ocupa: “Aprendan a leer a Descartes como una pesadilla”.[4] Si Descartes se despierta es que la angustia está allí. Es el encuentro evitado con lo real.

La prueba de realidad y lo real

En 1979, en su texto “¡Lacan por Vincennes!”, no solamente separa el discurso psicoanalítico de la aproximación filosófica o universitaria, sino que también separa el inconsciente de Freud y el saber supuesto por el sujeto del inconsciente según Lacan. Jacques-Alain Miller, en su presentación del tema del Congreso, destacó la oposición entre el lugar de la Realitätsprüfung para Freud y la instancia de lo Real para Lacan. Freud intenta negativizar el goce mediante el principio de realidad, pero fracasa. El principio de placer que buscaba al Lustgewinn es relevado por el principio de realidad. Lo compone pero no cede en nada. “Lo que se trata de obtener vía el principio de placer, luego vía el principio de realidad, es siempre […] el plus-de-goce”.[5]
Lacan confiere un nuevo estatuto al goce. Reconoce que es imposible de negativizar. Es real. Siguiendo esta nueva articulación del inconsciente y lo real, Lacan llegará a proponer un inconsciente distinto del inconsciente freudiano, un inconsciente real.

La inmanencia de la práctica psicoanalítica

Uno de los retos de nuestro Congreso es aprender a hablar siempre aún mejor de nuestra práctica orientada hacia lo real. Lo hacemos con inflexiones renovadas por la vertiente de la experiencia que el título elige destacar. Este Congreso, es una oportunidad de dar una vuelta suplementaria, sabiendo que el goce imposible de negativizar es una consecuencia del “Todo el mundo es loco”. Es inútil querer hablar de nuestra práctica desde la posición del clínico que cree separarse, en nombre de su saber, de los fenómenos de locura de los que habla. A través de la transferencia, estamos incluidos en el discurso del sujeto del inconsciente. La clínica bajo transferencia es una clínica inmanente. La experiencia del Pase, en el centro de la Escuela, nos muestra la vía. No se habla de clínica psicoanalítica sino incluyéndose en ella. Se trata de extender siempre mejor esta inmanencia cuando hablamos de nuestra práctica a partir de los sujetos que se dirigen a nosotros.

Los retos del Congreso

Será el reto de las múltiples salas, de los intercambios entre practicantes de tantísimos países y de cinco idiomas traducidos al mismo tiempo. Será también el reto de las plenarias donde hablaremos de sujetos extraordinarios, que han tenido una relación más o menos evidente con su locura. A pesar de las advertencias o prohibiciones del “partido filosófico”, como habría dicho Philippe Sollers, seguimos hablando de la locura de los otros, porque tratamos con ella a diario. Hemos tenido que hacer frente a las advertencias. ¿Cómo se atreven a hablar de poetas, artistas, científicos, de todos aquellos que tienen una obra? No tienen derecho a arruinar la obra. ¡Por supuesto! Y hemos tenido razón al insistir, ¡qué diversidad de locuras notables! Filósofos, psiquiatras, escritores, artistas, políticos, místicos, científicos, inclasificables. Vienen de toda Europa, de América del Norte y de América del Sur. Hablan todas las lenguas del Congreso. El caso que hacemos de su locura tiene en cuenta la nuestra. Lo que en cada caso resulta de la locura nos lleva de una manera sin igual al límite, a la lámina transparente que nos separa de ella, según Joyce. No elogiamos la locura, porque sabemos el sufrimiento que conlleva y que tenemos a nuestro cargo atemperar. Pero sabemos también de su carácter no-negativizable.

No hay que dejar pasar ni uno solo de nuestros Congresos. Cada uno de ellos es una oportunidad para las aserciones anticipadas, provocadas por su título. Esta vez, del 22 al 25 de febrero, tratemos de hablar como locos de las locuras de la época, y de la locura de cada uno.

Traducción: Rubén Touriño
Imagen: “El cuarto de la música”  Elisa Strada

NOTAS

  1. Eric Laurent vers le XIVe congrès de l’AMP Tout le monde est fou.
  2. Descartes, R., « Première Méditation », Oeuvres complètes, Pléiade, p. 268 : « Mais quoi, ce sont des fous, et je ne serais pas moins extravagant si je me réglais sur leurs exemples».
  3. Dan Arbid, Le Cogito: de la pensée à l’existence, in Ornicar? n 56, 2023, 23.
  4. Lacan J., Le Séminaire, livre xxi« Les non-dupes errent », lección del 15 de enero de 1973, inédito: « Apprenez à lire Descartes comme un cauchemar, ça vous fera faire un petit progrès. »
    “Nada hay más tachante [barran] del pensamiento, incluso del pensamiento que se quiere claro y distinto: aprendan ustedes a leer a Descartes como una pesadilla, esto los hará progresar no poco. ¿Cómo, inclusive, pueden no advertir que ese tipo que se dice: “pienso, luego soy”, es un mal sueño?”
  5. Miller J-A., « “Tout le monde est fou” , AMP 2024 », La Cause du Désir, nº 112, 2022, p. 56. Disponible en castellano en: El Psicoanálisis, nº 41, 2023, p. 148. [N. del T.]

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